Cada vez son más aquellos que se atreven, no tan solo a escribir, sino a publicar una obra literaria. Si esta idea lleva tiempo dando vueltas por tu cabeza y no has sabido ni siquiera enfocarla, en este post te ofrecemos algunos consejos que puedes seguir para comenzar a darle forma a tu proyecto.
PASOS PREVIOS A LA ESCRITURA
A la hora de escribir un libro, es importante no precipitarse y evitar el comenzar a escribir a lo loco, sin llevar a cabo un proceso previo de preparación, planificación y gestión de ideas.
Escribir un libro es un proceso arduo y pedregoso, en el que nos encontraremos con multitud de obstáculos que nos agotarán tanto anímica como físicamente. Es por ello que el orden y la buena gestión de las ideas y del tiempo son esenciales para conseguir llegar a nuestro objetivo, sin perecer en el camino.
Por este motivo, a continuación, te dejamos varios tips o consejos para comenzar con buen pie tu nueva aventura literaria:
ENCONTRAR UN BUEN LUGAR DE TRABAJO
Debemos recordar que escribir un libro no es una tarea sencilla, y que nos va a llevar mucho tiempo. Por eso es muy importante seleccionar un lugar de trabajo cómodo, silencioso y ordenado, que dé lugar a que fluyan la creatividad y la imaginación.
Hay personas que se bloquean al pasar varios días seguidos en la misma habitación, por lo que es recomendable cambiar de lugar de trabajo de vez en cuando, para recibir nuevos estímulos.
Este es el primer paso para comenzar a escribir de forma eficiente: encontrar un lugar cómodo y adaptado a tus necesidades.
PLANIFICAR LA OBRA
Antes de comenzar a escribir, debemos planificar tanto la propia obra, como la forma en la que vamos a abordarla, es decir: cuántos días le queremos/podemos dedicar a la semana, de qué hora a qué hora, etc.
Una vez tengamos estipulados estos factores, toca centrarnos en el texto y en establecer una estructura general de la obra.
Dicha estructura debe comenzar con la elección del género que queremos escribir y la perspectiva que le queremos dar.
Aun así, hay escritores que no quieren atarse a ningún género y deciden escribir lo que les va placiendo. Esto, en el aspecto de libertad creativa, es bastante positivo. El problema viene a la hora de intentar posicionar el libro en el mercado, puesto que, al carecer de género, no puede clasificarse en los canales de venta, por lo que el público disponible será muy reducido.
PLANTEA EL DISEÑO DE LA PORTADA
Este paso normalmente suele comenzar a plantearse prácticamente cuando la obra está terminada, pero puede ayudarnos de forma muy positiva a motivarnos en según qué fases.
En este punto tenemos dos opciones: o dejar la portada en manos de un diseñador gráfico o bien encargarnos nosotros mismos de ella. Pero sea como sea es recomendable trasladar este punto al inicio, puesto que, de esta forma, conseguimos materializar lo que aún es tan abstracto, y acercar nuestra obra a la realidad.
Esto hará que nuestra motivación aumente considerablemente en momentos de flaqueza, ya que estamos viendo una representación física de aquello por lo que estamos trabajando.
COMIENZA A ESCRIBIR LA OBRA
Una vez tengas claro el esquema que va a seguir tu obra y hayas elegido un lugar tranquilo e inspirador para llevarla a cabo, es hora de ponerse a escribir.
Tómate el tiempo que necesites, y no te frustres si es demasiado o si te bloqueas a menudo. Los primeros capítulos, e incluso los primeros libros, te ocuparán mucho tiempo, pero como todo en la vida, la experiencia es un grado, y cada vez los errores, las dificultades y los momentos de bloqueo serán menos.
RELEE, CORRIGE Y EDITA LA OBRA
A medida que vamos avanzando en la escritura de nuestra obra, es importante echar una mirada de vez en cuando a lo anterior, para asegurarnos de que todo está expresado tal y como hemos querido en cada momento.
A pesar de esto, es muy recomendable contratar a un editor que se encargue de leer y repasar nuestra obra en la fase final, puesto que siempre viene bien la opinión experta de un tercero para evaluar los posibles fallos que pueda contener nuestro libro.
En Ediciones Pangea contamos con un servicio profesional de editores que se encargarán de revisar, corregir y editar tu obra para que no tengas que preocuparte de nada más que de dedicarle tiempo a la escritura de tu libro.
APRENDE A ACEPTARLA
Quizá sea el paso más complicado de todos. En cualquier rama del arte, el autor de una obra nunca va a ser capaz de ver la perfección en su trabajo, y los escritores no son la excepción.
Aun así, intenta sacar la mejor versión de ti, pero sin llegar a la frustración, y aprende a aceptar tu obra con sus virtudes y sus defectos, pues en ellos radica la verdadera esencia del libro.
PUBLÍCALA
Con Ediciones Pangea, puedes autopublicar tu libro de forma segura y profesional.
Contamos con un equipo que se encargará de todo lo referente a la gestión externa de tu proyecto (corrección, maquetación, diseño, gestión de ISBN, depósito legal, impresión, promoción, etc), para que inviertas el tiempo en lo más importante: tu obra.
CONSEJOS Y ASPECTOS A EVITAR A LA HORA DE CREAR UNA OBRA LITERARIA
A continuación, os dejamos varios aspectos a tener en cuenta a la hora de comenzar a escribir nuestra propia obra, con la finalidad de evitarlos y conseguir crear un proyecto interesante.
El primero de ellos está relacionado directamente con el primer capítulo. Hemos de tener en cuenta que este será el encargado de conseguir conquistar al lector para que continúe leyendo nuestra obra, por lo que debemos asegurarnos de que cumple con las expectativas que este espera de él.
Uno de los errores más comunes es ofrecer demasiada información en el capítulo de entrada, y hacerlo excesivamente largo. Tendemos a realizar miles de descripciones en esta primera parte y olvidamos dotar al texto de emoción y tensión.
Este punto es realmente aplicable al resto de capítulos, puesto que es muy común (sobre todo en escritores novatos) recargar el texto con descripciones y detalles, mayoritariamente inútiles. Esto lo único que provoca es cansancio, desidia y desinterés en el lector.
Quizá este error sea menos común, pero no por ello debemos olvidarnos de aquellos que siempre hemos considerado típicos en la escritura y que, por consiguiente, son los que más solemos cometer: faltas de ortografía, faltas de coherencia y cohesión, falta de claridad en las expresiones y en el texto, que la temática se aferre a la moda, que no tenga un argumento sólido, que la historia se base prácticamente en clichés, etc.